lunes, 10 de agosto de 2009

La ventana


En mi época de estudiante había frente a mi piso, por el pequeño patio interior, otro que lo alquilaban a estudiantes, coincidían las ventanas de los dormitorios. El patinillo se puede decir que era de luces, no tendría más 3x3 metros, por lo que la familiaridad con el vecino era más que evidente.
Aquel año la habitación que daba justo frente a la mía la ocupó un tío alto y muy guapo, estudiaba medicina, según supe más tarde, y en ella pasaba muchas horas estudiando junto a la ventana. Yo por mi parte entraba y salía de mi habitación, algo normal, y siempre lo veía allí con la cabecita asomando por el alfeizar de la ventana.
Un día, de esos en los que me da por ser perversa, comencé a cambiarme de ropa con la ventana abierta; por el espejo del ropero, ya que estaba de espalda a el, veía como me miraba, aquello me ponía caliente, el saber que alguien me espiaba y se estaba excitando.
Esta operación le repetí con frecuencia y lo más curioso es que cuando yo entraba en mi habitación el se escondía, prueba evidente que no quería que me diera cuenta que existía, para así poder mirarme ‘sin que yo me diera cuenta’.
Una noche quise llegar un poco más lejos y comencé a acariciarme todo el cuerpo, casi tendida en la cama me tocaba el pecho y, claro, como estaba más baja que el, no tuvo más remedio que ponerse de pie para verme. Mi gran aliado, el espejo del ropero, me daba un buen puesto de observación. Allí estaba él masturbándose, algo que en aquellos momentos me puso más que caliente, así que me puse a cuatro patas sobre mi cana de espaldas a mi vecino, de modo que le enseñaba todo mi sexo por detrás mientras lo espiaba por mi espejito mágico.
He de decir que tuve un orgasmo de los llamados gloriosos y motivo para visitar aquel destartalado piso de estudiantes muchas veces durante aquel curso, porque al final, Pablo que es como se llamaba mi admirador estudiante de medicina, insistió tanto en conocerme que no tuve más remedio que acceder a sus invitaciones.

2 comentarios:

  1. MI NIÑA, SABES MAS QUE UN RATÓN DE ARMARIO....JAJAJA. PERO COMO SE PUEDE SER TAN PERVERSA???? AUTÉNTICAMENTE GENIAL EN TODO Y POR SUPUESTO LA FOTO. CADA DIA ME GUSTAN MAS TUS COMPOSICIONES.
    BESOS DE MEDEA

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  2. Creo que encontraste la mejor manera de provocarle hasta ponerle cardiaco y llevarle a tu terreno, me gusto mucho tu relato y tu composicion.

    Besos.

    lunna.

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