Hace tiempo que tu vida es como un desierto de cristal, me cuentas de tu sed de amor y de amar, que el sol te dejó ciego, que agonizas en esta mierda de mundo, que te sientes como perdido y que ya no tienes ilusión de vivir.
Vienes a mí una y otra vez para saciar tu sed, me dices que soy tu oasis, que me necesitas.
Vienes a mí una y otra vez para saciar tu sed, me dices que soy tu oasis, que me necesitas.
Desde hace tiempo eres una calavera blanquecina semienterrada entre arenas blancas y yo un espejismo, solos en medio de este infinito, terrible y ardiente desierto llamado universo.
Que bellas tus palabras y que oasis mas auténtico eres. Nunca serás un espejismo, porque los oasis existen.
ResponderEliminarBesos de Medea
Todo desierto tiene su Pettit Prince, listo para llenarlo de zorras, rosas y serpientes peligrosas...
ResponderEliminarPor inmensos que sean los desiertos siempre tienen ese oasis donde poder saciar la sed, pero hay veces que necesitamos que el oasis sea infinito y el desierto pequeño para sentir que nosotras tambien smos las que apagamos nuestra sed.
ResponderEliminarHace tiempo que te vi de seguidora y he leido tu blog aunque ha sido ahora cuando me decidi a ponerte un comentario, pero lo he seguido tiempo y me ha gustado mucho.
Besos.
Lunna.
Lo que pasa es que a veces es necesario encontrar un espejismo, aunque luego se desvanezca...
ResponderEliminarEs que ha de parecerle que a cada isnatnte a tu lado está a punto de descubrir un oasis mágico...
ResponderEliminar